La palabra auditoría proviene del latín auditus, donde audire se traduce como "oír".

En el campo de la gestión de la calidad, el término se ha establecido. Aquí se quiere decir que una persona escucha cuando otra persona informa.

Sin embargo, el auditor debe tener muchas más habilidades que simplemente escuchar.

La capacidad de comprender y analizar las interrelaciones y, en base a esto, derivar preguntas mediante una discusión adecuada del sistema de gestión (SG) de la empresa es particularmente importante.

Además, un auditor necesita un amplio conocimiento de los estándares y métodos de calidad, un alto nivel de capacidad analítica y mucha experiencia profesional para clasificar correctamente lo que se le presenta o examina y para confirmar o no el cumplimiento de los requisitos. de los estándares de calidad, los requisitos específicos del cliente, las especificaciones internas o los requisitos legales/regulatorios, dando lugar a las llamadas no conformidades y la necesidad de acción por parte de la dirección.

Por lo tanto, si la gerencia tiene la responsabilidad corporativa de cumplir con todos los requisitos, los auditores ayudan a identificar dónde hay deficiencias en la empresa para cumplir con los requisitos y, por lo tanto, los riesgos para la empresa y los resaltan en el informe de auditoría para la gerencia.

Desafortunadamente, la auditoría no siempre ha sido tratada con cuidado en los últimos años. En la mente de muchos, tiene el carácter de una auditoría o evaluación del desempeño laboral.

 El objetivo real de la auditoría, lograr la mejora personal continua y evitar riesgos para la empresa, a menudo se descuida.